20 El atalaya volvió a decir: También éste llegó a ellos y no vuelve; pero el conducir del que viene es como el conducir de Jehú hijo de Nimsi, porque viene impetuosamente.
21 Entonces Joram dijo: Preparad el carro. Y preparado su carro, salió Joram, rey de Israel, y Ocozías, rey de Judá, cada uno en su carro, y salieron a encontrar a Jehú, al que encontraron en el campo de Nabot de Jezreel.
22 Y sucedió que cuando Joram vio a Jehú, dijo: ¿Hay paz, Jehú? Y él respondió: ¿Qué paz, con las fornicaciones de tu madre Jezabel y sus muchas hechicerías?
23 Entonces Joram, volviendo las riendas, huyó y dijo a Ocozías: ¡Traición, Ocozías!
24 Pero Jehú tensó su arco con toda su fuerza e hirió a Joram en la espalda; y la saeta salió por su corazón, y él cayó en su carro.
25 Entonces dijo Jehú a Bidcar, su capitán: Tómalo y arrójalo en un extremo del campo de Nabot de Jezreel. Acuérdate de que cuando tú y yo íbamos juntos con la gente de Acab, su padre, Jehová pronunció esta sentencia sobre él, diciendo:
26 Yo he visto ayer la sangre de Nabot y la sangre de sus hijos, dice Jehová; y en este mismo campo te haré pagar, dice Jehová. Tómalo pues, ahora, y arrójalo en ese campo, conforme a la palabra de Jehová.