7 Me hallaron los guardias que rondan la ciudad; me golpearon, me hirieron, me quitaron mi manto los guardias de los muros.
8 Yo os ruego, oh hijas de Jerusalén, si halláis a mi amado, hacedle saber que estoy enferma de amor.
9 ¿Qué es tu amado más que otro amado, oh tú, la más hermosa de todas las mujeres? ¿Qué es tu amado más que otro amado, para que así nos hagas jurar?
10 Mi amado es blanco y sonrosado, distinguido entre diez mil.
11 Su cabeza, como oro finísimo; sus cabellos crespos, negros como el cuervo.
12 Sus ojos, como palomas junto a los arroyos de aguas, bañados en leche, y a la perfección colocados.
13 Sus mejillas, como una era de especias aromáticas, como fragantes flores; sus labios, como lirios que destilan mirra fragante.