4 Hermosa eres tú, oh amiga mía, como Tirsa; deseable, como Jerusalén; imponente como ejércitos con estandartes.
5 Aparta tus ojos de delante de mí, porque ellos me han cautivado. Tu cabello es como manada de cabras que se recuestan en Galaad.
6 Tus dientes, como manada de ovejas que suben del lavadero, todas con crías gemelas, y ninguna de ellas ha perdido su cría.
7 Como gajos de granada son tus sienes detrás de tu velo.
8 Sesenta son las reinas, y ochenta las concubinas, y las doncellas sin número;
9 mas una es la paloma mía, la perfecta mía; es la única de su madre, la escogida de la que la dio a luz. La vieron las doncellas y la llamaron bienaventurada; las reinas y las concubinas, y la alabaron.
10 ¿Quién es ésta que se muestra como el alba, hermosa como la luna, esclarecida como el sol, imponente como un ejército con sus banderas?