7 Como gajos de granada son tus sienes detrás de tu velo.
8 Sesenta son las reinas, y ochenta las concubinas, y las doncellas sin número;
9 mas una es la paloma mía, la perfecta mía; es la única de su madre, la escogida de la que la dio a luz. La vieron las doncellas y la llamaron bienaventurada; las reinas y las concubinas, y la alabaron.
10 ¿Quién es ésta que se muestra como el alba, hermosa como la luna, esclarecida como el sol, imponente como un ejército con sus banderas?
11 Al huerto de los nogales descendí a ver los frutos del valle, a ver si brotaban las vides y si florecían los granados.
12 Antes de darme cuenta, mi alma me puso entre los carros de Aminadab.
13 Vuelve, vuelve, oh sulamita; vuelve, vuelve, y te miraremos. ¿Qué veréis en la sulamita, como en la danza de dos campamentos?