24 entonces los sacaréis a ambos a la puerta de la ciudad y los apedrearéis, y morirán: la joven, porque no dio voces en la ciudad, y el hombre, porque humilló a la desposada de su prójimo. Así quitarás el mal de en medio de ti.
25 Pero si un hombre halla en el campo a una joven desposada, y él la fuerza y se acuesta con ella, morirá sólo el hombre que se acostó con ella,
26 pero a la joven no le harás nada; no hay en la joven culpa de muerte, porque como cuando un hombre se levanta contra su prójimo y le quita la vida, así es esto.
27 Porque él la halló en el campo; dio voces la joven desposada y no hubo quien la socorriese.
28 Si alguno halla a una joven virgen que no esté desposada, y la toma y se acuesta con ella, y son descubiertos,
29 entonces el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata, y ella será su esposa, por cuanto la humilló; no la podrá despedir en todos sus días.
30 Ningún hombre tomará la esposa de su padre, ni descubrirá el borde del manto de su padre.