11 Y te alegrarás en todo el bien que Jehová tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, tú y el levita y el extranjero que está en medio de ti.
12 Cuando hayas acabado de separar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, para que coman en tus ciudades y se sacien.
13 Y dirás delante de Jehová tu Dios: Yo he sacado lo consagrado de mi casa, y también lo he dado al levita, y al extranjero, y al huérfano y a la viuda, conforme a todos tus mandamientos que me has mandado; no he transgredido tus mandamientos ni me he olvidado de ellos.
14 No he comido de ello en mi luto, ni he sacado de ello estando impuro, ni de ello he ofrecido a los muertos; he obedecido la voz de Jehová mi Dios, y he hecho conforme a todo lo que me has mandado.
15 Mira desde tu santa morada, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel y a la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche y miel.
16 Jehová tu Dios te manda hoy que cumplas estos estatutos y decretos; cuida, pues, de ponerlos por obra con todo tu corazón y con toda tu alma.
17 Has declarado hoy que Jehová es tu Dios, y que andarás en sus caminos, y que guardarás sus estatutos y sus mandamientos y sus decretos, y que escucharás su voz.