30 ¿Cómo podría perseguir uno a mil, y dos hacer huir a diez mil, si su Roca no los hubiese vendido, y Jehová no los hubiera entregado?
31 Porque la roca de ellos no es como nuestra Roca, y aun nuestros enemigos son de ello jueces.
32 Porque de la vid de Sodoma es la vid de ellos, y de los campos de Gomorra; las uvas de ellos son uvas ponzoñosas, racimos muy amargos tienen.
33 Veneno de serpientes es su vino, y ponzoña cruel de áspides.
34 ¿No tengo yo esto guardado conmigo, sellado en mis tesoros?
35 Mía es la venganza y la retribución, a su tiempo su pie resbalará, porque el día de su aflicción está cercano, y lo que les está preparado se apresura.
36 Porque Jehová juzgará a su pueblo y por amor de sus siervos tendrá compasión, cuando vea que la fuerza de ellos se agota y que no queda nadie, ni esclavo ni libre.