40 Porque yo alzaré a los cielos mi mano y diré: Vivo yo para siempre.
41 Si afilo mi reluciente espada, y mi mano empuña el juicio, yo tomaré venganza de mis enemigos, y daré el pago a los que me aborrecen.
42 Embriagaré de sangre mis saetas, y mi espada devorará carne: la sangre de los muertos y de los cautivos, las cabezas de los jefes del enemigo.
43 Alabad, naciones, a su pueblo, porque él vengará la sangre de sus siervos, y tomará venganza de sus enemigos, y hará expiación por su tierra y por su pueblo.
44 Y vino Moisés y recitó todas las palabras de este cántico a oídos del pueblo, él y Josué hijo de Nun.
45 Y acabó Moisés de recitar todas estas palabras a todo Israel,
46 y les dijo: Aplicad vuestro corazón a todas las palabras con las que yo os amonesto hoy, para que las encomendéis a vuestros hijos, para que cuiden de poner por obra todas las palabras de esta ley.