45 Y acabó Moisés de recitar todas estas palabras a todo Israel,
46 y les dijo: Aplicad vuestro corazón a todas las palabras con las que yo os amonesto hoy, para que las encomendéis a vuestros hijos, para que cuiden de poner por obra todas las palabras de esta ley.
47 Porque no os son cosa vana, pues son vuestra vida; y por ellas prolongaréis vuestros días sobre la tierra que vais a poseer cuando paséis el Jordán.
48 Y habló Jehová a Moisés aquel mismo día, diciendo:
49 Sube a estos montes de Abarim, al monte Nebo, que está en la tierra de Moab, que está frente a Jericó, y mira la tierra de Canaán, que yo doy por heredad a los hijos de Israel.
50 Y morirás en el monte al cual subes y serás reunido con tu pueblo, así como murió Aarón, tu hermano, en el monte Hor y fue reunido con su pueblo;
51 por cuanto fuisteis infieles contra mí en medio de los hijos de Israel en las aguas de Meriba, en Cades, en el desierto de Zin, porque no me santificasteis en medio de los hijos de Israel.