17 ¿No entendéis, aún, que todo lo que entra en la boca va al vientre y es echado en la letrina?
18 Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y eso contamina al hombre.
19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios y las blasfemias.
20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre.
21 Y saliendo Jesús de allí, se fue a las regiones de Tiro y de Sidón.
22 Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquellos alrededores clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio.
23 Pero él no le respondió palabra. Entonces, acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros.