19 Entonces, los discípulos se acercaron a Jesús aparte y dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?
20 Y Jesús les dijo: Por vuestra incredulidad; porque de cierto os digo que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.
21 Pero este género no sale sino con oración y ayuno.
22 Y estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres,
23 y le matarán; mas al tercer día resucitará. Y ellos se entristecieron en gran manera.
24 Y cuando llegaron a Capernaúm, fueron a Pedro los que cobraban las dos dracmas y dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?
25 Él dijo: Sí. Y entrando él en la casa, Jesús le habló antes, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos o de los extraños?