2 Y he aquí vino un leproso y le adoraba, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
3 Y extendiendo Jesús su mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra fue limpiada.
4 Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que mandó Moisés, para testimonio a ellos.
5 Y cuando entró Jesús en Capernaúm, vino a él un centurión, rogándole
6 y diciendo: Señor, mi criado yace en casa, paralítico, gravemente atormentado.
7 Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.
8 Y respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; mas solamente di la palabra, y mi criado será sanado.