Salmos 55 RVR1995

Plegaria pidiendo la destrucción

Al músico principal; en Neginot.Masquil de David

1 Escucha, Dios, mi oracióny no te escondas de mi súplica;

2 atiéndeme y respóndeme.Clamo en mi oración, y me conmuevo

3 a causa de la voz del enemigo,por la opresión del impío,porque sobre mí echaron iniquidady con furor me persiguen.

4 Mi corazón está dolorido dentro de míy terrores de muerte sobre mí han caído.

5 Temor y temblor vinieron sobre míy me envuelve el espanto.

6 Y dije: «¡Quién me diera alascomo de paloma!Volaría yo y descansaría.

7 Ciertamente huiría lejos;moraría en el desierto. Selah

8 Me apresuraría a escapardel viento borrascoso, de la tempestad.»

9 Destrúyelos, Señor;confunde la lengua de ellos,porque he visto violencia y rencillaen la ciudad.

10 Día y noche la rodean sobre sus muros,e iniquidad y trabajo hay en medio de ella.

11 La maldad está en medio de ella,y el fraude y el engañono se apartan de sus plazas.

12 No me afrentó un enemigo,lo cual yo habría soportado,ni se alzó contra mí el que me aborrecía,pues me habría ocultado de él;

13 sino tú, hombre, al parecer íntimo mío,¡mi guía y mi familiar!,

14 que juntos comunicábamosdulcemente los secretosy andábamos en amistaden la casa de Dios.

15 Que la muerte los sorprenda;desciendan vivos al seol,porque hay maldades en sus casas,en medio de ellos.

16 En cuanto a mí, a Dios clamaré,y Jehová me salvará.

17 En la tarde, al amanecer y al mediodíaoraré y clamaré,y él oirá mi voz.

18 Él redimirá en paz mi almade la guerra contra mí,aunque muchos estén contra mí.

19 Dios oirá, y los quebrantará prontoel que permanece desde la antigüedad,por cuanto no cambianni temen a Dios. Selah

20 Extendió el perverso sus manos contra los que estaban en paz con él;violó su pacto.

21 Los dichos de su bocason más blandos que mantequilla,pero guerra hay en su corazón;suaviza sus palabras más que el aceite,mas ellas son espadas desnudas.

22 Echa sobre Jehová tu cargay él te sostendrá;no dejará para siempre caído al justo.

23 Mas tú, Dios, harás que ellos desciendanal pozo de perdición.Los hombres sanguinarios y engañadoresno llegarán a la mitad de sus días.Pero yo en ti confiaré.