1 ¡Vinieron, Dios,las naciones a tu heredad!¡Han profanado tu santo templo!¡Han reducido Jerusalén a escombros!
2 ¡Han dado los cuerpos de tus siervospor comida a las aves de los cielos,la carne de tus santosa las bestias de la tierra!
3 Como agua derramaron su sangreen los alrededores de Jerusalény no hubo quien los enterrara.
4 Somos afrentados por nuestros vecinos,escarnecidos y ofendidos por los que están en nuestros alrededores.
5 ¿Hasta cuándo, Jehová?¿Estarás airado para siempre?¿Arderá como fuego tu celo?
6 ¡Derrama tu ira sobre las nacionesque no te conoceny sobre los reinosque no invocan tu nombre!,
7 porque han consumido a Jacoby su morada han destruido.
8 No recuerdes contra nosotroslas maldades de nuestros antepasados.¡Vengan pronto a nuestro encuentrotus misericordias,porque estamos muy abatidos!
9 ¡Ayúdanos, Dios de nuestra salvación,por la gloria de tu nombre!¡Líbranos y perdona nuestros pecadospor amor de tu nombre!,
10 porque dirán los gentiles:«¿Dónde está su Dios?»¡Sea notoria en las naciones,delante de nuestros ojos,la venganza de la sangre de tus siervos que ha sido derramada!
11 Llegue delante de tiel gemido de los presos;conforme a la grandeza de tu brazo preserva a los sentenciados a muerte,
12 y devuelve a nuestros vecinos en su seno siete tantosde su infamiacon que te han deshonrado, Jehová.
13 Y nosotros, pueblo tuyoy ovejas de tu prado,te alabaremos para siempre.¡De generación en generacióncantaremos tus alabanzas!