2 Permite que tu sabiduríacorrija mis pensamientos,y que no pase por altomis faltas y mis errores;
3 así no volveré a ofenderteni seguiré aumentando mis pecados,ni se burlarán mis enemigospor haberme visto humillado.
4 Dios mío,padre y dueño de mi vida,no me dejes ser orgulloso;
5 ¡aparta de mí los malos deseos;
6 no dejes que me dominen los vicios!
7 Queridos jovencitos,si me prestan atenciónaprenderán a hablar bieny no caerán en la trampa.
8 Los pecadores quedan atrapadosen sus propias palabras;y los groseros y orgullososfracasan por hablar demasiado.