8 »Hermoso monte de Sión,tú has sido una torre protectorapara mi amada Jerusalén;así que volverás a ser como antes,¡serás la gran capital de mi pueblo!
9-10 »Tú, Jerusalén,lloras y te retuerces de dolor,como si fueras una mujera punto de tener un hijo.Pero no hay razón para que llores;¡tienes rey y no te faltan consejeros!Más bien, lloraporque tus habitantes te abandonarány vivirán en el campo,y después serán llevados a Babilonia.Sin embargo, yo los pondré en libertad;¡yo mismo los librarédel poder de sus enemigos!
11 »Muchas naciones se han reunido,y dicen en contra tuya:“¡Ojalá podamos verla derrota de Jerusalén!”
12 »Pero esas naciones no sabenlo que tengo pensado hacer;es algo que no pueden entender:¡voy a juntarlas para hacerlas polvo!
13 »¡Vamos, Jerusalén!¡Levántate y hazlos pedazos!Yo te daré la fuerza de un toro,para que destruyas a muchos pueblos;¡tus cuernos parecerán de hierro!,¡tus cascos parecerán de bronce!Les quitarás todas sus riquezasy me las entregarás,pues toda la tierra me pertenece.»