8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;
9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser el autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;
10 nombrado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.
11 De quien tenemos mucho que decir, y es difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho lentos para oír.
12 Porque debiendo ser ya maestros después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros principios de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.
13 Porque todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de la justicia, porque es niño;
14 pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por la costumbre tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.