2 a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo, cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz;
3 sin padre, sin madre, sin genealogía; que no tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.
4 Considerad, pues, cuán grande fue éste, al que aun Abraham, el patriarca, dio diezmos del botín.
5 Y ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio tienen mandamiento de recibir del pueblo los diezmos según la ley, a saber, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham.
6 Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos y bendijo al que tenía las promesas.
7 Y, sin contradicción alguna, el que es menor es bendecido por el que es mayor.
8 Y aquí ciertamente los hombres mortales reciben los diezmos; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive.