22 por tanto, Jesús es hecho fiador de un convenio mejor.
23 Y de cierto hubo muchos sacerdotes, debido a que por la muerte no podían continuar.
24 Pero éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable.
25 Por eso él puede también salvar enteramente a los que por medio de él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, sin mancha, limpio, apartado de los pecadores y hecho más sublime que los cielos;
27 que no tiene necesidad cada día, como los otros sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo, porque esto lo hizo una sola vez y para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
28 Porque la ley constituye sumos sacerdotes a hombres débiles; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, constituye al Hijo, hecho perfecto para siempre.