1-3 Mi rey y mi Dios,escucha con atención mis palabras;toma en cuenta mis súplicas,escucha mi llanto,pues a ti dirijo mi oración.Tan pronto como amanecete presento mis ruegos,y quedo esperando tu respuesta.
4 A ti, Dios mío,no te agrada la maldad.Por eso los malvadosno pueden vivir contigo;
5 no soportas a los orgullososni amas a los malhechores.
6 ¡Tú destruyes a los mentirosos,y rechazas a los tramposos y asesinos!
7 Pero a mí me quieres tantoque me dejas entrar en tu templo,y allí me dejas hacer mis oraciones.
8 Dios mío,¡enséñame a hacer el bien!¡Llévame por el buen camino,pues no quiero que mis enemigostriunfen sobre mí!
9 Ellos son unos mentirososy sólo piensan en destruirme.Nunca dicen la verdad,y sólo hablan de muerte.
10 ¡No los perdones, Dios mío!¡Haz que fracasen sus planes malvados!Ya es mucho lo que han pecado;¡recházalos por luchar contra ti!
11 Pero que vivan alegrestodos los que en ti confían;¡que siempre canten de alegríabajo tu protección!¡Que sean felicestodos los que te aman!
12 Tú, Dios mío, bendices al que es bueno,y con tu amor lo proteges.