1 Dios y pastor nuestro,¿por qué nos rechazas?¿Vas a estar siempre enojadocon este pueblo que es tu rebaño?
2 ¡No te olvides de nosotros!Hace mucho tiempo nos compraste;somos el pueblo que rescatastepara que fuéramos tuyos.¡No te olvides de Jerusalén,la montaña donde habitas!
3 Ven a ver tu templo:para siempre ha quedado en ruinas;¡todo lo destruyó el enemigo!
4 En el centro de tu ciudad,tus enemigos rugieron como leonesy agitaron victoriosos sus banderas.
5 Como si fueran leñadores,hacha en mano lo derribaron todo;
6 con hachas y martillosdestrozaron las paredestalladas en madera.
7 No respetaron tu templosino que le prendieron fuego.
8 Lo redujeron a cenizas,como a todas las sinagogas del país.
9 Ya no vemos ondear nuestras banderas;ya no hay profetas entre nosotros,ni hay tampoco quien sepacuánto más debemos aguantar.
10 Dios nuestro,¿hasta cuándo el enemigova a seguir ofendiéndotey burlándose de ti?
11 ¡Demuéstrales tu poder!¡No te quedes allícruzado de brazos!
12 Desde tiempos antiguostú has sido nuestro Dios y rey;en repetidas ocasionesnos has dado la victoria.
13 Tú, con tu poder,dividiste el mar en dos;¡a los monstruos del marles partiste la cabeza!
14 Tú aplastaste contra el suelolas cabezas del monstruo Leviatán,y con su cuerpo sin vidaalimentaste a las fieras.
15 Tú hiciste que brotaranríos y manantiales,pero también secaste por completoríos que parecían inagotables.
16 Tuyos son el día y la noche,pues hiciste el sol y la luna;
17 tú fijaste los límites de la tierra,y estableciste las estaciones del año.
18 Dios nuestro,el enemigo se burla de ti;gente malvada te ofende.¡No se lo perdones!
19 Este pueblo tuyoes frágil como una mariposa;¡no te olvides de nosotros,ni dejes que nos devorennuestros feroces enemigos!
20 Acuérdate de tu pacto,porque en todas partes hay violencia.
21 No dejes que avergüencenal pobre y al humilde;haz que tus enemigos te alaben.
22 ¡Vamos, Dios nuestro, defiéndete!Esos malvados no dejan de ofenderte;¡no se lo perdones!
23 ¡No les perdones a tus enemigostanto griterío y alboroto!