1-3 Mi rey y mi Dios,escucha con atención mis palabras;toma en cuenta mis súplicas,escucha mi llanto,pues a ti dirijo mi oración.Tan pronto como amanecete presento mis ruegos,y quedo esperando tu respuesta.
4 A ti, Dios mío,no te agrada la maldad.Por eso los malvadosno pueden vivir contigo;
5 no soportas a los orgullososni amas a los malhechores.
6 ¡Tú destruyes a los mentirosos,y rechazas a los tramposos y asesinos!
7 Pero a mí me quieres tantoque me dejas entrar en tu templo,y allí me dejas hacer mis oraciones.