32 También en Meribá, hicieron enojar al SEÑOR, y a Moisés le fue mal por culpa de ellos,
33 pues lo sacaron de quicio y él habló sin pensar lo que decía.
34 No destruyeron los pueblos de esa tierra, tal como se los había ordenado el SEÑOR,
35 sino que se mezclaron con los paganos y aprendieron sus malas costumbres,
36 y ofrecieron sacrificio a sus ídolos y esto los hizo caer.
37 Sacrificaron sus hijos e hijas a los demonios.
38 Derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos e hijas. Al sacrificarlos a los ídolos de Canaán, contaminaron con su sangre la tierra.