6 A ti no te complacen sacrificios ni ofrendas, pero me has hecho obediente; tú no has pedido holocaustos ni sacrificios por el pecado.
7 Por eso dije: «Aquí me tienes —como el libro dice de mí—.
8 Me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío, tu ley la llevo dentro de mí».
9 A todos les he hablado de tu justicia. Sin timidez lo he proclamado, según te consta, SEÑOR.
10 No he ocultado esta buena noticia en mi corazón, sino que he proclamado tu fidelidad y tu salvación. Les he hablado a todos en la asamblea de tu gran amor y tu fidelidad.
11 ¡SEÑOR, no alejes de mí tu misericordia! Mi única esperanza está en tu gran amor y fidelidad.
12 Son tantos los problemas que me rodean que no los puedo ni contar. Se han acumulado tanto que no me dejan encontrar la salida. Son más que los cabellos de mi cabeza. Mi corazón se debilita.