6 ¡Qué amistosos se muestran cuando me visitan! Y cuando se van, salen a contar las calumnias que recogieron. Y cuando se van, se ríen y se burlan.
7 Susurran entre ellos imaginando lo peor de mí.
8 «Tenga lo que tenga, es sin remedio»; dicen. «¡De esa cama no se levantará!»
9 Hasta mi mejor amigo se ha vuelto contra mí; el hombre en quien yo confiaba; ¡con el que compartía el pan!
10 ¡SEÑOR, no me abandones! Muéstrate benigno y sáname, SEÑOR, para que pueda darles su merecido.
11 Veo que estás contento de mí porque no has permitido que mis enemigos me derroten.
12 Me has preservado por mi honradez; has permitido que para siempre esté en presencia tuya.