5 Porque yo nací pecador; sí, lo soy desde el momento que mi madre me concibió.
6 Tú amas la verdad en lo íntimo, y me enseñas a ser sabio en lo más profundo de mí ser.
7 Purifícame con hisopo, y volveré a ser puro. Lávame, y seré más blanco que la nieve.
8 Devuélveme mi gozo y alegría; me has quebrantado, ahora déjame gozarme.
9 Aparta tu rostro de mis pecados y borra toda mi maldad.
10 Crea en mí un corazón limpio, Dios, y renueva la rectitud de mi espíritu.
11 No me arrojes de tu presencia. No quites de mí tu santo Espíritu.