1 Al director musical. Salmo de David.SEÑOR, escucha mi queja. Protégeme del temor a mis enemigos.
2 Escóndeme de la conspiración de los malvados, de la intrigas de perversos. Afilan sus lenguas como espadas; lanzan como flechas sus palabras amargas.
4 Desde su emboscada tiran contra el inocente. Lo hacen sin aviso, y no tienen temor.
5 Unos a otros se animan a cometer el mal. Planean cómo poner sus trampas. «Aquí jamás las descubrirá», dicen.
6 Maquinan sus perversidades, y dicen: «Hemos tramado el plan perfecto». ¡Sí, los pensamientos y el corazón humano no se pueden comprender!