2 Casi me desmayo pues mi deseo más intenso, es entrar en los atrios del SEÑOR; con todo mi ser, alma y cuerpo, alabaré alegremente al Dios viviente.
3 Hasta los gorriones encuentran casa cerca de tus altares; y la golondrina hace allí su nido, para empollar a sus pequeños; oh SEÑOR todopoderoso, mi rey y mi Dios!
4 ¡Dichosos quienes pueden morar en tu templo y cantar tus alabanzas!
5 Dichosos quienes son fuertes en el SEÑOR y desean por sobre todo seguir tus pasos.
6 Cuando atraviesen el Valle del Llanto se les convertirá en región de manantiales, donde los estanques se llenen de las lluvias de bendiciones.
7 Continuamente crecerán en fortaleza y cada uno se presentará ante Dios en Sión.
8 Oh SEÑOR todopoderoso, escucha mi oración. Escucha, Dios de Israel.