18 mas ellos a su propia sangre ponen acechanzas, y a sus almas tienden trampa.
19 Tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia, la cual quita la vida de sus poseedores.
20 La sabiduría clama en las calles; alza su voz en las plazas;
21 clama en los principales lugares de reunión; a la entrada de las puertas de la ciudad pronuncia sus palabras.
22 ¿Hasta cuándo, oh ingenuos, amaréis la ingenuidad, y los burladores se deleitarán en hacer burla, y los insensatos aborrecerán el conocimiento?
23 Volveos a mi reprensión; he aquí, yo derramaré mi espíritu sobre vosotros y os haré saber mis palabras.
24 Porque he llamado, y habéis rehusado oír; extendí mi mano, y no hubo quien atendiera,