Proverbios 31 RVR1909

1 Palabras del rey Lemuel; la profecía que le enseñó su madre:

2 ¿Qué, hijo mío? ¿Y qué, hijo de mi vientre? ¿Y qué, hijo de mis votos?

3 No des a las mujeres tu fuerza, ni tus caminos a lo que destruye a los reyes.

4 No es de reyes, oh Lemuel, no es de reyes beber vino, ni de príncipes, la bebida fuerte.

5 No sea que bebiendo olviden lo que se ha decretado, y perviertan el derecho de todos los afligidos.

6 Dad la bebida fuerte al desfallecido y el vino a los de ánimo amargado.

7 Beban, y olvídense de su necesidad y no se acuerden más de su aflicción.

8 Abre tu boca en favor del mudo, por los derechos de todos los desvalidos.

9 Abre tu boca, juzga con justicia, y defiende la causa del pobre y del menesteroso.

10 Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su valor sobrepasa grandemente al de las piedras preciosas.

11 El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias.

12 Le da ella bien y no mal todos los días de su vida.

13 Busca lana y lino, y con voluntad trabaja con sus manos.

14 Es como nave de mercader que trae su pan desde lejos.

15 Se levanta siendo aún de noche y da comida a su familia y tarea a sus criadas.

16 Considera un campo y lo compra; planta viña del fruto de sus manos.

17 Ciñe de fuerza sus lomos y fortalece sus brazos.

18 Ve que va bien su ganancia; su lámpara no se apaga de noche.

19 Aplica sus manos a la rueca, y sus dedos toman el huso.

20 Extiende su mano al pobre, y tiende sus manos al menesteroso.

21 No teme por su familia cuando nieva, porque toda su familia está vestida de ropas dobles.

22 Ella se hace tapices; de lino fino y de púrpura es su vestido.

23 Conocido es su marido en las puertas de la ciudad cuando se sienta con los ancianos de la tierra.

24 Hace ropa de lino y la vende, y entrega cintos al mercader.

25 Fuerza y honor son su vestidura, y se ríe de lo por venir.

26 Abre su boca con sabiduría, y la ley de la clemencia está en su lengua.

27 Considera la marcha de su casa y no come el pan de balde.

28 Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada, y su marido también la alaba.

29 Muchas mujeres han hecho el bien, mas tú las sobrepasas a todas.

30 Engañosa es la gracia y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.

31 Dadle del fruto de sus manos, y alábenla en las puertas sus hechos.

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