9 El testigo falso no quedará sin castigo, y el que habla mentiras perecerá.
10 No conviene al necio el deleite, ¡cuánto menos al siervo ser señor de los príncipes!
11 La prudencia del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa.
12 Como el rugido del león es la ira del rey, y su favor, como el rocío sobre la hierba.
13 El hijo necio es la ruina de su padre; y gotera continua, las contiendas de la esposa.
14 La casa y las riquezas herencia son de los padres, mas la esposa prudente proviene de Jehová.
15 La pereza hace caer en sueño profundo, y el alma negligente padecerá hambre.