33 Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: Aquel sobre quien veas descender el Espíritu y que reposa sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.
34 Y yo le he visto y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.
35 Al siguiente día otra vez estaba Juan, y con él dos de sus discípulos.
36 Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: ¡He aquí el Cordero de Dios!
37 Y los dos discípulos le oyeron hablar y siguieron a Jesús.
38 Y volviéndose Jesús y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Y ellos le dijeron: Rabí (que interpretado quiere decir Maestro), ¿dónde moras?
39 Les dijo: Venid y ved. Entonces fueron y vieron dónde moraba, y se quedaron con él aquel día, porque era como la hora décima.