42 Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la gente que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.
43 Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!
44 Y el que había estado muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle y dejadle ir.
45 Entonces muchos de los judíos que habían venido a ver a María y habían visto lo que había hecho Jesús creyeron en él.
46 Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jesús había hecho.
47 Entonces los principales sacerdotes y los fariseos se juntaron en concilio y decían: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchos milagros.
48 Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos y nos quitarán nuestro lugar y nuestra nación.