20 Y había ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta.
21 Éstos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Señor, quisiéramos ver a Jesús.
22 Felipe fue y se lo dijo a Andrés. Entonces Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús.
23 Entonces Jesús les respondió, diciendo: Ha llegado la hora de que el Hijo del Hombre sea glorificado.
24 De cierto, de cierto os digo que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, se queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.
25 El que ama su vida la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.
26 Si alguno me sirve, sígame; y donde yo esté, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, mi Padre le honrará.