26 Si alguno me sirve, sígame; y donde yo esté, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, mi Padre le honrará.
27 Ahora está turbada mi alma, ¿y qué diré: Padre, sálvame de esta hora? Pero para esto he llegado a esta hora.
28 Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Ya lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.
29 Y la gente que estaba presente, y que la había oído, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado.
30 Respondió Jesús y dijo: No ha venido esta voz por causa mía, sino por causa de vosotros.
31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.
32 Y yo, si soy levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.