53 Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre ni bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
54 El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitaré en el día postrero.
55 Porque mi carne verdaderamente es comida, y mi sangre verdaderamente es bebida.
56 El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.
57 Así como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo, el que me come también vivirá por mí.
58 Éste es el pan que descendió del cielo, no como vuestros padres, que comieron el maná y murieron. El que come de este pan vivirá eternamente.
59 Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaúm.