6 Y no le podían replicar a estas cosas.
7 Y observando cómo los convidados escogían los primeros asientos a la mesa, relató una parábola, diciéndoles:
8 Cuando seas convidado por alguno a una boda, no te sientes en el primer lugar, no sea que otro más honorable que tú esté convidado por él,
9 y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: Da lugar a éste; y entonces tengas, con vergüenza, que ocupar el último lugar.
10 Mas cuando seas convidado, ve y siéntate en el postrer lugar, para que cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba; entonces tendrás gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa.
11 Porque cualquiera que se ensalza será humillado; y el que se humilla será ensalzado.
12 Y dijo también al que le había convidado: Cuando hagas comida o cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes ni a tus vecinos ricos, no sea que ellos, a su vez, te vuelvan a convidar, y seas recompensado.