1 Y Jesús dijo a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas, ¡ay de aquel por quien vienen!
2 Mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino y se le lanzase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos.
3 Mirad por vosotros mismos; si tu hermano peca contra ti, repréndele; y si se arrepiente, perdónale.
4 Y si siete veces al día peca contra ti, y siete veces al día vuelve a ti, diciendo: Me arrepiento, perdónale.
5 Y dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.
6 Entonces el Señor dijo: Si tuvieseis fe como un grano de mostaza, diríais a este sicómoro: Desarráigate y plántate en el mar; y os obedecería.
7 ¿Y quién de vosotros, que tiene un siervo que ara o apacienta, al volver él del campo le dice en seguida: Pasa, siéntate a la mesa?