20 Y los pastores se volvieron, glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.
21 Y cumplidos los ocho días para circuncidar al niño, llamaron su nombre Jesús , el cual le había sido puesto por el ángel antes que él fuese concebido en el vientre.
22 Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ella, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarlo al Señor
23 (como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abra la matriz será llamado santo para el Señor),
24 y para dar la ofrenda conforme a lo que está dicho en la ley del Señor: un par de tórtolas o dos pichones.
25 Y he aquí, había un hombre en Jerusalén llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él.
26 Y había recibido revelación del Espíritu Santo que no vería la muerte antes que viese al Cristo del Señor.