30 porque han visto mis ojos tu salvación,
31 la cual has preparado en presencia de todos los pueblos;
32 luz para revelación a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.
33 Y José y su madre estaban maravillados de las cosas que se decían de él.
34 Y los bendijo Simeón y dijo a su madre María: He aquí, este niño ha sido puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha;
35 y una espada traspasará tu alma misma, para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.
36 Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, y había vivido con su marido siete años desde su virginidad;