32 Y finalmente, murió también la mujer.
33 En la resurrección, pues, ¿de cuál de ellos será esposa? Porque los siete la tuvieron por esposa.
34 Entonces, respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este mundo se casan y se dan en casamiento;
35 pero los que fueren considerados dignos de alcanzar aquel mundo y de la resurrección de entre los muertos, no se casan ni se dan en casamiento.
36 Porque ya no pueden morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios al ser hijos de la resurrección.
37 Pero en cuanto a que los muertos han de resucitar, aun Moisés lo enseñó en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor: Dios de Abraham, y Dios de Isaac y Dios de Jacob.
38 Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven.