9 Y comenzó a decir al pueblo esta parábola: Un hombre plantó una viña, y la arrendó a labradores y se ausentó por mucho tiempo.
10 Y a su tiempo, envió un siervo a los labradores para que le diesen del fruto de la viña; pero los labradores le golpearon y le enviaron con las manos vacías.
11 Y volvió a enviar otro siervo; pero ellos a éste también le golpearon y le afrentaron y le enviaron con las manos vacías.
12 Y volvió a enviar un tercer siervo; pero ellos también a éste echaron fuera, herido.
13 Entonces el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizá cuando vean a éste, le tendrán respeto.
14 Pero los labradores, al verle, pensaron entre sí, diciendo: Éste es el heredero; venid, matémosle para que la heredad sea nuestra.
15 Y le echaron fuera de la viña y le mataron. ¿Qué, pues, les hará el señor de la viña?