35 porque como una trampa vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra.
36 Velad, pues, orando en todo tiempo que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que han de venir, y de estar de pie delante del Hijo del Hombre.
37 Y enseñaba de día en el templo; y de noche, saliendo, se quedaba en el monte que se llama de los Olivos.
38 Y todo el pueblo venía a él por la mañana para oírle en el templo.