8 Y otra parte cayó en buena tierra y, cuando brotó, dio fruto a ciento por uno. Hablando estas cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga.
9 Y sus discípulos le preguntaron qué significaba esta parábola.
10 Y él dijo: A vosotros os es dado saber los misterios del reino de Dios; pero a los otros, por parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan.
11 Ésta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios.
12 Y los de junto al camino son los que oyen; pero luego viene el diablo y quita la palabra de su corazón, para que no crean y se salven.
13 Y los de entre las piedras son los que, habiendo oído, reciben la palabra con gozo, pero no tienen raíces; por un tiempo creen, pero en el tiempo de la tentación se apartan.
14 Y la que cayó entre espinos son los que oyeron, pero luego siguen su camino y son ahogados por los afanes, y por las riquezas y por los placeres de esta vida, y no dan fruto.