1 Cuando estábamos en Babilonia,lejos de nuestro país,acostumbrábamos sentarnosa la orilla de sus ríos.¡No podíamos contener el llantoal acordarnos de Jerusalén!
2 En las ramas de los árbolesque crecen junto a esos ríoscolgamos nuestras arpas.
3 Los mismos soldadosque nos sacaron de Israely nos hacían trabajar,nos pedían estar alegres;¡querían oírnos cantar!¡Querían que les cantáramoscanciones de nuestra tierra!
4 ¡Jamás cantaríamosen tierra de extranjerosalabanzas a nuestro Dios!
5-6 ¡Jerusalén, Jerusalén!Si llegara yo a olvidarte,¡que la mano derecha se me seque!¡Que me corten la lenguasi por estar alegredejo de pensar en ti!
7 El día que Jerusalén cayó,los edomitas gritaban:«¡Acaben con la ciudad!¡Que no quede rastro de ella!»Dios mío,¡no te olvides de esos gritos!
8 Un día, ciudad de Babilonia,¡también tú serás destruida!¡Dios habrá de bendecira los que te paguencon la misma moneda!