1-2 ¡Escúchenme ustedes,pueblos que habitan este mundo!Y ustedes, gente pobre y humilde;y ustedes, gente rica y poderosa,¡préstenme atención!
3 No sólo voy a hablarlescomo habla la gente sabia,sino que expresaré mis ideascon la mayor inteligencia.
4 Voy a decirles una adivinanza,y mientras toco el arpales diré de qué se trata.
5 ¿Por qué voy a tener miedocuando lleguen los problemas?¿Por qué voy a tener miedocuando me ataquen mis enemigos?
6 ¡No tengo por qué temerlesa esos ricos orgullososque confían en sus riquezas!
7 Ninguno de elloses capaz de salvar a otros;ninguno de ellostiene comprada la vida.
8 La vida tiene un precio muy alto:¡ningún dinero la puede comprar!
9 No hay quien viva para siemprey nunca llegue a morir.
10 Mueren los sabios,y mueren los necios.¡Eso no es nada nuevo!Al fin de cuentas,sus riquezas pasan a otras manos.
11 Podrán haber tenido tierras,y haberlas puesto a su nombre,pero su hogar permanenteserá tan sólo la tumba;¡de allí no saldrán jamás!
12 Puede alguien ser muy rico,y no vivir para siempre;al fin le espera la muertecomo a cualquier animal.
13 Esto es lo que les esperaa quienes confían en sí mismos;en esto acaban los orgullosos.
14 Su destino final es el sepulcro;la muerte los va llevandocomo guía el pastor a sus ovejas.En cuanto bajen a la tumba,abandonarán sus antiguos dominios.El día de mañanalos justos abrirán sus tumbasy esparcirán sus huesos.
15 ¡Pero a mí, Dios me librarádel poder de la muerte,y me llevará a vivir con él!
16 Tú no te fijesen los que se hacen ricosy llenan su casa con lujos,
17 pues cuando se mueranno van a llevarse nada.
18 Mientras estén con vida,tal vez se sientan contentosy haya quien los felicitepor tener tanto dinero;
19 pero al fin de cuentasno volverán a ver la luz;morirán como murieron sus padres.
20 Puede alguien ser muy rico,y jamás imaginarseque al fin le espera la muertecomo a cualquier animal.