1 Así como un venado sedientodesea el agua de un arroyo,así también yo, Dios mío,busco estar cerca de ti.
2 Tú eres el Dios de la vida,y anhelo estar contigo.Quiero ir a tu temploy cara a cara adorarte sólo a ti.
3 Día y nocheme he bebido mis lágrimas;mis enemigos no dejan de decirme:«¡Ahora sí, tu Dios te abandonó!»
4 Cuando me acuerdo de esto,me invade el sufrimiento;recuerdo cuando ibacamino hacia tu temploguiando multitudes;recuerdo las grandes fiestas,y los gritos de alegríacuando tu pueblo te alababa.
5 ¡Pero no hay razónpara que me inquiete!¡No hay razónpara que me preocupe!¡Pondré mi confianzaen Dios mi salvador!¡Sólo a él alabaré!
6-7 Me siento muy angustiado,y por eso pienso en ti.Las olas de tristezaque has mandado sobre mí,son como un mar agitado;son como violentas cascadasque descienden de los cerros,de los montes Hermón y Mizar,y se estrellan en el río Jordán.
8 Te ruego, Dios de mi vida,que de día me muestres tu amor,y que por la nochetu canto me acompañe.
9 Tú eres mi protector,¿por qué te olvidaste de mí?¿Por qué debo andar tristey perseguido por mis enemigos?
10 Sus burlas me hieren profundamente,pues no dejan de decirme:«¡Ahora sí, tu Dios te abandonó!»
11 ¡Pero no hay razónpara que me inquiete!¡No hay razónpara que me preocupe!¡Pondré mi confianzaen Dios mi salvador!¡Sólo a él alabaré!