10 Pero yo dije: «¿Quién me guiará a la ciudad fortificada? ¿Quién me guiará hasta Edom?
11 Es que tú nos abandonaste. Dios mío, ¿saldrás tú con nuestro ejército?
12 Ayúdanos a derrotar al enemigo, pues la ayuda del ser humano es inútil.
13 Con Dios conseguiremos la victoria; ¡él pisoteará a nuestros enemigos!»