31 El SEÑOR es el único Dios; nuestro Dios es la única roca.
32 Dios es quien me reviste de valor y perfecciona mi camino.
33 Él me da pies como los de la cierva; y me mantiene firme aún en los lugares más altos.
34 Dios me prepara para la guerra; les da fuerza a mis brazos para que puedan lanzar dardos poderosos.
35 Dios mío, me has dado el escudo de tu salvación, has sido mi apoyo y me has ayudado a prosperar.
36 Dios mío, tú me ayudas a correr más rápido y les das fuerza a mis piernas.
37 Así puedo perseguir y atrapar a mis enemigos. No descansaré hasta derrotarlos.