1 Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento declara lo que sus manos han hecho.
2 Un día le cuenta a otro este mensaje, y cada noche a la siguiente.
3 No se escucha lenguaje ni palabras, ni se emite una voz que podamos oír.
4 Sin embargo, su voz atraviesa el mundo entero, sus palabras llegan al último rincón de la tierra. Dios le ha dado al sol el cielo como hogar.
5 Y como cuando sale un novio de la alcoba nupcial, o como cuando un atleta se dispone a recorrer su camino así sale feliz el sol para hacer su recorrido.
6 Comienza su carrera en un punto del cielo y hace todo su recorrido hasta llegar al final; nada en la tierra puede escapar de su calor.